El Bitcoin, ¿valor seguro este 2019?
Los tambores de una nueva recesión suenan con fuerza y cada vez son más los inversores que empiezan a sentir cierto desasosiego ante las noticias geopolíticas y macroeconómicas que la prensa salmón publica prácticamente todos los días. La enquistada guerra comercial entre Estados Unidos y China , la japonización de las economías de la zona euro , la debilidad en los indicadores de producción industrial ( como ocurre en Cataluña ) y el sobreprecio de mercados bursátiles como el estadounidense son solo algunos de los posibles catalizadores de una nueva recesión económica global. Y entonces surge la pregunta del millón: ¿hay algún valor refugio que permita prepararse de la mejor manera posible para capear una nueva crisis financiera?
Apostar por el Bitcoin, el oro 2.0
Parece que el Bitcoin ha resucitado por enésima vez . Su precio se ha duplicado este año y no tiene visos de volver a visitar los infiernos, a pesar de la incertidumbre que impera en los mercados de inversión tradicionales. La cotización de la criptomoneda más famosa ha pasado de los 2.950 euros a mediados de febrero hasta los 7.500 euros que alcanzaba el 16 de mayo. A tenor de estas impresionantes cifras, todo apunta a que el brutal mercado bajista de 2018 ha terminado para alegría de los amantes de las criptomonedas.
Comprar Bitcoin como valor seguro vuelve a tener una relevancia máxima si queremos una cartera diversificada preparada para afrontar cualquier batacazo de la economía. Por valor refugio se entiende un valor que guarda correlación inversa con el resto de valores de un mercado, que ante una caída generalizada de los mercados logra preservar nuestro capital (en el peor de los casos) o aumentarlo (en el mejor de los casos). Tradicionalmente, el oro y los demás metales preciosos han sido los valores refugio por excelencia de los inversores más precavidos, ¿pero tiene hoy en día sentido invertir en ellos?
Las ventajas del Bitcoin frente al oro y el resto de metales preciosos
El Bitcoin, por sus especificaciones propias, aporta una serie de ventajas como valor refugio de las que carecen los metales preciosos tradicionales. En primer lugar, es muchísimo más fácil custodiar 100 bitcoins que 100 lingotes de oro. De hecho, es igual de sencillo custodiar 1 bitcoin que 1 millón. En segundo lugar, el número máximo de unidades de Bitcoin en circulación es conocido por todos, mientras que en el caso de los metales preciosos pueden encontrarse nuevos yacimientos que ejerzan una presión bajista sobre el precio. En tercer lugar, está la inmediatez con la que podemos volver de nuevo a las monedas de toda la vida: en un clic de ratón podemos vender nuestras criptomonedas y pasarlas de nuevo a euros, cosa que se complica más en el caso de los metales preciosos. Por último, la movilidad que el Bitcoin nos permite no nos la dan unos lingotes de oro. Basta con mirar a Venezuela, por ejemplo, donde quienes compraron Bitcoin en su día han podido emigrar con sus criptomonedas a buen recaudo en una memoria USB, mientras que quienes tenían oro no pudieron sacar sus ahorros del país.
En resumidas cuentas, el Bitcoin es sinónimo de libertad, gestión personal de la riqueza, autonomía y seguridad financiera. Es, sin duda, mucho más que un valor refugio tradicional, es la democratización real de la economía.